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domingo, 22 de septiembre de 2019

'Ad astra' (2019) de James Gray


La nueva odisea espacial 'Ad Astra' viene a cargo del director James Gray, que también participó en el guión. Una de las películas más esperadas del año, ha dividido a los críticos y la audiencia, que cada día parecen vivir en mundos más alejados. Las críticas profesionales han sido casi totalmente positivas, incluso llegando a ser calificada de obra maestra por algunos; por otro lado, está la reacción de la audiencia. Algunos espectadores salieron del cine sorprendidos positivamente, otros sorprendidos también, pero más visiblemente molestos. Estafados! Después de lo que consideran perder dos horas de sus vidas que podrían haber empleado mirando comentarios graciosos en Twitter, algunas personas sienten que han sido engañadas. No creo que hubiese mucha gente que acudiese al cine sabiendo exactamente el tipo de película que se iban a encontrar. Por mi parte, puedo decir que no esperaba encontrar la película que realmente es. Habiendo visto algún elemento promocional (aunque poca cosa, al preferir ir sin saber demasiado), y con el conocimiento de que entre su reparto se encontraban actores como Brad Pitt, Donald Sutherland, Tommy Lee Jones, Liv Tyler o Ruth Negga, pensé que la película sería una aventura comercial. Además de esto, un presupuesto que ronda los 100 millones de dólares es casi una garantía de que el producto final tendrá ciertos convencionalismos y pautas del cine de masas para asegurar una mayor audiencia. Durante la primera parte de la película puede parecer que este es el camino que va a seguir Ad Astra, pero no es así. La obra no es tanto 'Interstellar' de Nolan, como 'Gravity' de Cuarón (aunque en mi opinión, algo mejor que esta última). A pesar de que se trascurra por algunos momentos claves del cine de aventuras, la película se aleja de los cánones de las más típicos viajes espaciales, siendo en el fondo un híbrido con el cine art house.

AVISO: Spoilers sobre el desarrollo y final de la película a continuación.


Roy McBride (Pitt) es un astronauta que siente un gran distanciamiento con el resto de las personas de su vida, incluida su esposa (interpretada por Liv Tyler, la 'esposa de' por excelencia). Se centra en su trabajo, sonriendo al resto de personas cuando tiene que hacerlo, pero en realidad se aísla a sí mismo de ellos. Es un hombre torturado por un pasado difícil y el abismo que lo separa del resto de la humanidad. Hay momentos en los que incluso parece que deprecia a las personas y todo lo que representan, pero no es exactamente misantropía lo que habita en él. 

La película comienza en una especie de antena transmisora, de colosales dimensiones. Roy está realizando un trabajo en la parte exterior de la misma, cuando esta es alcanzada por una onda energética que hace que los sistemas se sobrecarguen. Hay varias explosiones, y Roy es lanzado al vacío, pero con dificultad es capaz de desplegar un paracaídas y llegar  vivo al suelo. Y eso sin que su pulsaciones por minuto aparentemente pasen de 80. Le pueda parecer a uno más o menos ridículo, este detalle nos da a entender que Roy es un hombre de acción, al que se le da mucho mejor lidiar con situaciones extremas que relacionarse con otras personas. Después del incidente, es informado de que la energía que casi le causó la muerte y que está causando graves problemas por todo el mundo proviene de una base perteneciente al llamado 'Proyecto Lima', situada en los confines del Sistema Solar. Este proyecto se lanzó décadas antes de que comenzase la historia, y fue encabezado por el propio padre de Roy, que hasta ese momento creía estar muerto. Los oficiales piensan que su padre podría ser el responsable de todo esto, por lo que Roy será enviado a una base en Marte desde la que deberá mandar un mensaje, para intentar contactar con él y averiguar qué es lo que sucede.


Antes de llegar a Marte debe pasar por la Luna (como sabrán los expertos en el Sistema Solar), donde el contingente es atacado por piratas espaciales, al estilo de Mad Max. El futuro que se puede ver en Ad Astra es un mundo extraño, en el que los comportamientos deplorables que tienen lugar en la Tierra se extrapolan a los inhóspitos rincones del espacio. Sin embargo, unos de los problemas que le encuentro a la película es que las distintas dificultades que Roy se va encontrando a lo largo de su viaje resultan poco orgánicos, dando la sensación de que son solo triviales baches que se van a ir encontrando hasta llegar al objetivo final, y esto no es algo que el espectador debería estar pensando cuando ve una película. La mayoría de los problemas de Ad Astra creo que se deben a un guión poco pulido, que contiene fallos evidentes. La suspensión de la incredulidad necesaria para disfrutar plenamente de la película es más de la que muchos espectadores están dispuestos a conceder. Como ejemplo está la parada en una nave de investigación biológica de la que detectan una señal de socorro. Dentro de ella encuentran que a la tripulación la ha matado unos mandriles rabiosos que llevaban a bordo y que en algún momento se escaparon. Roy y algunos de sus acompañantes sufren también un ataque, del que no todos salen con vida. La escena es muy entretenida de ver, pero como otras partes de la película tiene evidentes fallos de lógica.

Como contrapunto a un guión problemático, tenemos una dirección eficaz y una fotografía espectacular. Algunas de las imágenes son realmente impactantes y bellas. Sin duda, el aspecto visual es en el que Ad Astra destaca por encima de otras películas similares, aunque he de decir que hasta ahora no se había hecho una película de ciencia ficción exactamente como esta. El diseño de producción también merece una mención especial, porque los decorados que aparecen a lo largo de la cinta son espectaculares. Los juegos de luces y el uso de los colores consiguen crear atmósferas inquietantes y llamativas, contribuyendo a la diferenciación de la vida que conocemos y la que podría algún día desarrollarse más allá de las fronteras de nuestro planeta. La existencia en el espacio se presente como hostil y ardua. Algunos de los decorados recuerdan incluso a los de Blade Runner 2049, lo cual no es otra cosa que un cumplido.


Tras llegar a Marte y mandar el mensaje, Roy descubre que hay una misión para destruir la nave de su padre, que parece haber perdido la cabeza durante su misión en la que exploraba el espacio en busca de vida extraterrestre. El equipo planea utilizar un cargamento nuclear para destruir la base del Proyecto Lima y poner fin a las destructivas sobrecargas energéticas. Roy es destituido de la misión por su conexión personal, pero consigue subir a la nave justo antes de su despegue. Se produce un violento enfrentamiento con los miembros de la tripulación, los cuales reciben órdenes de detenerle a toda costa. A pesar de no querer pelear, Roy resulta siendo el único superviviente del altercado, más por estupidez de los otros que por su propia violencia. Ahora, debe continuar la misión sin compañía alguna. Ahí es donde el retrato intimista de la experiencia de Roy alcanza su máxima expresión. Solo en el espacio, sus monólogos internos y los planos expresivos se potencian. Para algunos esta sección será demasiado lenta, pero es principalmente lo que hace que Ad Astra sea una obra singular. La experimentación artística es algo inusual en un película de gran presupuesto, ya que se corre el riesgo de provocar el rechazo de parte de la audiencia.

La nave llega a la base del Proyecto Lima y Roy se reencuentra con su padre (Tommy Lee Jones), que está también solo, habiendo matado hace tiempo al resto de la tripulación, los cuales volver a la Tierra en contra de su voluntad. No obstante, no ha sido capaz de encontrar vida en ningún planeta; su misión ha sido en vano. Pero Roy le dice que esto no tiene por qué ser un fracaso. Al menos ahora saben que la humanidad solo se tiene a sí misma. Su padre, incapaz de aceptar esto, prefiere suicidarse a volver con su hijo, al que le dice directamente que nunca le echó de menos. El maltrato que recibió de joven se prolonga hasta el último momento posible.


Al final de la película la salvación de Roy se da gracias a soluciones imposibles. Se lanza a sí mismo a través de un campo de asteroides empleando un panel metálico como escudo para atravesarlo. Consigue llegar de vuelta a su nave y detona el armamento nuclear, para usarlo como propulsor que le lleve de vuelta a la Tierra. Funciona. Ahora bien, mis conocimientos científicos son mínimos, y es posible que haya algún físico que pueda confirmar si todo esto no es tan descabellado como se pueda pensar, pero a mí definitivamente me lo parece. Son situaciones inverosímiles como estas las que me sacan de la película y me impiden pensar que sea tan buena como lo podría haber sido. Con todo el dinero que se ha invertido me sorprende que no se contratase a algún script doctor (persona que le hace arreglos a guiones problemáticos) que se encargase de enmendar los fallos creados por recursos excesivamente fáciles.

He leído una teoría que alegaba que Roy realmente no volvía a la Tierra al final, sino que moría en la detonación nuclear, de la cual no estaba totalmente seguro. Aunque solventaría las inverosimilitudes del final, un desenlace tan pesimista no me convence. No es que no haya un pesimismo patente a lo largo del recorrido de la película, pero el mensaje final es positivo. El padre de Roy pasó su vida alejándose de su familia y de la humanidad en busca de vida en otro planeta, para saber que no estamos solos en el universo. No fue capaz de descubrir ningún indicio, por lo que todo apunta a que la vida en la Tierra es la única que existe; una anomalía en la existencia. Puede parecer desesperanzador, especialmente dado el trágico final del personaje de Jones, pero la conclusión que saca Roy es optimista. Su padre pasó su vida, al igual que él, alejándose de todo el mundo, en busca de algo inexistente. Todo lo que buscaban lo tenían al lado, aunque no se diesen cuenta. Al saber que no hay nada más ahí fuera, Roy es capaz de reconocer la importancia de todo lo que anteriormente había ignorado. Lo que Gray nos intenta contar, es que debemos de dejar de perseguir ideas imposibles y apreciar lo que tenemos, porque todo es efímero. Muchas ideas son inalcanzables porque se basan en los deseos que uno proyecta hacia el futuro o en otro lugar. Parece que el torturado Roy finalmente tendrá un final feliz junto a la gente que lo quiere, algo que su padre nunca pudo conseguir.

Ad Astra es arriesgada, considerablemente imperfecta, y digna de ver. James Gray ha conseguido crear una obra única que podrá compararse con unas obras u otras del cine anterior, dependiendo de las películas que uno haya visto, pero seguramente sea distinta a todas ellas. Es un intento de blockbuster reflexivo, sin miedo al empleo de recursos artísticos variados. Las influencias de Coppola y 'Apocalypse Now' separan a la obra de Gray de '2001' de Kubrick, cuya reflexividad existencial sobre nuestro lugar en el universo hacía la comparación inevitable. Por último, pero no menos importante, Brad Pitt eleva la obra con su matizada interpretación, dejando claro que este es un buen año interpretativo para él.

VALORACIÓN: 7/10.

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